¿Qué pasó con la llegada de La Niña?

El año pasado el fenómeno de El Niño provocó una serie de condiciones agroclimáticas que impactaron en la producción de cerezas; para muchos productores fue la temporada más compleja que les ha tocado vivir. Tras ello, se esperaba el arribo del fenómeno de La Niña, el cual debía establecerse a fines de agosto.

¿Qué pasó finalmente? Conversamos con el agroclimatólogo de la Universidad de Talca, Patricio González, sobre este tema; esto fue lo que nos dijo:

«Una situación probablemente muy beneficiosa para los cereceros es que el evento de La Niña no se va a presentar durante el mes de septiembre, se ha ido retrasando y probablemente en el trimestre octubre, noviembre y diciembre se haga presente en la zona central de Chile. ¿Qué implicancias tiene esto para las cerezas? El mes de septiembre no va a tener heladas tardías, es muy poco probable, eso sí que las temperaturas mínimas han estado cercanas a los 2- 3 grados Celcius, pero las máximas han subido cercana a los 18ºC, incluso 20ºC. Esta situación debiera mantenerse por lo menos hasta finales de septiembre», señaló González.

El especialista también se refirió a la precipitaciones de la temporada.

«Durante el mes de agosto, en que precipitaron alrededor de 100 milímetros en la región del Maule, específicamente también en Curicó, lo cual de alguna manera asegura el riego para esta larga temporada que se nos viene encima, que se ve bastante calurosa; para este mes las precipitaciones van a ser menores al 10 por ciento, probablemente incluso tengamos algunas lloviznas solamente, lo cual no debería perjudicar a la producción de cerezas; no deberíamos esperar tampoco granizadas, ni algún fenómeno extremo que de alguna manera pueda dañar la producción de esta fruta, que es bastante sensible obviamente a las heladas y a las lluvias tardías. Lo que sí debemos esperar son una gran cantidad de días despejados, se ve que la primavera va a tener una alta tasa de radiación fotosintética, lo que obviamente va a favorecer la maduración», agregó Patricio González.

El agua, pese a una mayor acumulación de precipitaciones en los embalses, debe continuar siendo un tema de cuidado.

«Si bien es cierto tenemos los embalses cercanos al 60-70 por ciento, las altas temperaturas que ya debieran empezar a manifestarse desde octubre en adelante, van a evaporar entre 3, 4, incluso 5 milímetros por día, estamos hablando de 50, 40, 50 metros cúbicos por hectárea, por lo cual hay que cuidar el riego», advirtió el agroclimatólogo.

Patrición González agregó al respecto que: «Si bien es cierto el evento La Niña va a empezar en forma tardía al final de la primavera, se va a poder extender incluso hasta el invierno del  próximo año, por lo cual es probable que las lluvias del 2025 sean deficitarias. ¿Qué implica esto? Cuidar el agua, hay que cuidar el riego, cuidar las compuertas, cuidar todos los sistemas de transferencia de riego, que no hayan pérdidas de agua en los canales, porque obviamente estamos en situación todavía de mega sequía y eso puede de alguna manera ayudar a las pérdidas de agua  que el próximo año la podemos necesitar», concluyó.