Pero este “ponerse al día” se debe hacer de manera responsable, tomando todos los antecedentes técnicos de mezclas de productos, considerando sus formulaciones, modos de acción, pH de la solución, reacciones entre ingredientes activos y comportamiento de la planta frente a los productos, en especial cuando son productos hormonales.
El siguiente artículo presenta los tres componentes que hacen exitosa una aplicación de productos y que deben estar reflejados en los programas de aplicaciones anuales para nuestro cultivo.
La calidad y eficacia de las aplicaciones dependen de tres componentes (figura 1).
Figura 1. Responsabilidad de los factores en el control efectivo de una aplicación.
Imágenes Avium 2023.
Teniendo en cuenta los tres componentes que hacen exitosa una aplicación de productos agroquímicos y/o biológicos-extractos, más la experiencia acumulada sobre la biología de nuestro cultivo (estados de desarrollo), más la experiencia acumulada de la biología de las plagas y enfermedades que inciden sobre nuestro cultivo, más la experiencia acumulada de las condiciones agro climatológicas y edafológicas de las diversas zonas de producción de nuestro cultivo, más las exigencias de los clientes de nuestra fruta en cuanto a requisitos de calidad y condición, podemos generar programas que nos lleven al éxito de nuestro cultivo. Esto se resume en nuestros programas de aplicaciones anuales para nuestro cultivo.
Junto a todo lo anterior le sumamos la experiencia acumulada que tienen nuestros productores frutícolas sobre la operatividad que requieren en campo. Tenemos disponibilidad de diversas tecnologías de aplicación y además contamos anualmente con la capacitación permanente de las personas que están dedicadas a la función de aplicaciones, quienes están debidamente calificadas y cuentan con los elementos de seguridad pertinentes para desarrollar las aplicaciones en campo.
Para lograr una adecuada y eficiente labor en campo podemos agregar algunos datos de tiempo empleado en aplicaciones expresadas en minutos necesarios para lograr aplicaciones efectivas, eficientes y estandarizadas.
Cuadro 1: Distancia recorrida en 1 ha según la distancia de plantación entre hileras (metros).
Cuadro 2: Tiempo destinado de aplicación en 1 ha según la distancia de plantación entre hileras (minutos).
Esta información puede ser útil para la programación de nuestras aplicaciones durante la temporada, sin embargo, siempre los “imprevistos” que se presentan en la fruticultura están presentes, como por ejemplo averías mecánicas, ausencia del personal, condiciones climáticas cambiantes, disponibilidad de los productos en forma oportuna, entre otros “imprevistos”.
Todas estas situaciones vienen a reflexionar sobre la excelente segunda parte del artículo en cooperación con el señor Gonzalo Pezoa, jefe técnico de la exportadora MAGNA.
Si hay algo que nos puede dejar esta temporada tan compleja, es aprender los riesgos que conlleva el concepto de “ponernos al día”.
Este concepto, ampliamente utilizado, fue más común de lo normal esta temporada, en donde la necesidad de ir a cubrir urgencias nos obligó a dejar atrás las aplicaciones previamente coordinadas.
Esto hizo que los programas calendarizados a 7 días o 10 días se cortaran y quedaran con 1 o 2 días de distancia; lo anterior ocurrió en todas las especies y con todo tipo de productos (insecticidas, fungicidas, fertilizantes foliares, reguladores hormonales, etc.), lo que es muy tentador para juntar aplicaciones y así optimizar el uso de la maquinaria,
Pero este “ponerse al día” se debe hacer de manera responsable, tomando todos los antecedentes técnicos de mezclas de productos, considerando sus formulaciones, modos de acción, pH de la solución, reacciones entre ingredientes activos y comportamiento de la planta frente a los productos, en especial cuando son productos hormonales. Incluso si no es mezcla directa de estanque, estos antecedentes también se deben considerar cuando aplicamos con 24 o menos horas de diferencia sobre el mismo huerto.
Es así que en el caso de productos hormonales, para evitar daños debemos cuidarnos del efecto acumulativo en la planta, en cuanto a fertilizantes foliares debemos cuidar de las concentraciones de sales sobre frutos y hojas, en cuanto a insecticidas y fungicidas las formulaciones (EC, WP, EW, SC o WG) todas se comportan de distinta manera, tanto en las mezclas de estanque, como en su efecto acumulativo sobre tejidos y pasan a tomar un papel preponderante y también debemos considerar si los productos utilizados tienen cobre, fósforo o zinc en su composición.
Es por esto, que por mucha premura que tengamos de ponernos al día, es necesario dar un paso atrás y ver de forma más amplia lo que vamos a hacer y consultar a los departamentos técnicos de las químicas si tienen experiencia en la mezcla en específico que queremos hacer; debemos informarnos de cuantos días u horas hay que dejar pasar antes de volver a aplicar sobre el huerto recién tratado.
En su mayoría las empresas químicas, algunos distribuidores y departamentos técnicos de asesores o exportadoras, tienen la respuesta rápida, en otras ocasiones deben revisarlo o hacer la mezcla ellos, pero lo que no puede pasar es que hagamos la mezcla a ciegas y ver lo que pasa, se juega con la integridad de la fruta y del huerto, muchas veces con consecuencias inmediatas y de daño económico y otras con daño invisible, que nos pasa la cuenta entre 1 a 2 temporadas posteriores.
Daños como:
-Quemado de bordes
-Abarquillamiento de las hojas
-Punteadura en hojas y frutos
-Clorosis en hojas
-Defoliación temprana
-Russet en fruta
-Daño en pedicelos
-Manchas en la fruta
-Deformidades
-Bajo retorno floral
-Exceso de vigor
-Aborto frutal
Los daños, señalados anteriormente, entre otros, son los más comunes al momento de tomar una decisión errónea en esta premura por ponernos al día.