Después de una temporada compleja y ampliamente analizada por distintos actores de la industria, es importante poner en perspectiva la información y experiencias adquiridas.
Siguiendo una secuencia cronológica de los distintos acontecimientos, los principales problemas presentados fueron los siguientes:
- Problemas en precosecha
En esta etapa tuvimos que convivir con dificultades asociadas a factores agroclimáticos, como fueron las inundaciones en diversas áreas productivas, asociadas a fenómenos de ríos atmosféricos, continuamos en algunas zonas con problemas de falta de Horas Frío (HF) para salir de manera óptima de la dormancia; finalmente la falta de días grado (DG) en floración y brotación, lo que afectó la polinización y posterior cuaja.
La consecuencia de los acontecimientos señalados anteriormente generó, a la industria, incertezas y dudas con respecto a los pronósticos de cosecha, afectando hasta último minuto las predicciones del volumen de exportación y, por ende, a toda la cadena de suministro y las estimaciones de los embarques.
Inicialmente, las estimaciones proyectadas (a fines de invierno) fueron de 100 millones de cajas para luego ajustarse a alrededor de 82.795 millones de cajas, de las cuales el 90% se destinó al mercado chino.
- Problemas en cosecha
Además de la caída del volumen exportado, un tema importante fue el retraso del inicio de las cosechas. Esto significó reajustar continuamente la planificación de procesos en las plantas de embalaje y de igual manera los programas de embarque estimados e informados a los operadores logísticos y navieras. Afortunadamente, a diferencia de temporadas anteriores, no tuvimos problemas de disponibilidad de contenedores y los embarques se pudieron realizar con normalidad.
Al analizar la calidad y condición de las distintas variedades a cosecha, la situación más compleja la presentó la variedad Santina, la cual representó el 21% del total exportado; fue la segunda con mayor volumen y la que sufrió mayoritariamente los efectos de las lluvias registradas durante la primavera, en especial la que se produjo durante el mes de octubre, con fuertes tormentas eléctricas e incluso, en algunas zonas, la presencia de granizos.
Estas precipitaciones afectaron severamente la condición de la fruta que ya estaba en etapa de pinta, en las zonas más tempranas, incluso en aquella fruta protegida con sistemas de techo.
La cantidad de agua caída en primavera provocó que la fruta se partiera o presentara microfisuras al momento de la cosecha las que posteriormente derivaron en el desarrollo de pudriciones (Figura 1), debido a la presencia de inóculos desde el huerto. La consecuencia de este problema fue que en las plantas de embalaje se tuvo que realizar procesos más lentos, además de asignar “filtros manuales” en la selección para poder generar un producto final acorde a la norma de calidad. Finalmente, y en algunos casos, esto se tradujo en mermas importantes del porcentaje exportable de los lotes afectados.
Figura 1. Frutos con partidura apical y desarrollo de pudriciones.
Otra situación compleja que afectó a todas las variedades hasta finalizar la temporada fue la heterogeneidad de madurez a la cosecha (Figura 2), situación que también se visualizó en precosecha al observar en una misma planta distintos estados fenológicos (Figura 3).
Figura 3 Desuniformidad en desarrollo de frutos.
En Lapins, nuestra principal variedad, se observó al principio de la temporada, fruta descolorida (guatas blancas), afectando la apariencia general de la caja.
- Problemas en postcosecha
La llegada de nuestras variedades tempranas (Royal Dawn, Santina y otras) a China se produjo desde la semana 51, vía marítima, donde los principales comentarios desde destino se asociaron a fruta con partiduras y desarrollo de pudriciones.
En el caso de Lapins (43% del volumen exportado), como también Regina (con el 19%) y el resto de las variedades observadas en destino, éstas presentaron un buen comportamiento de postcosecha, donde Lapins se caracterizó por presentar una adecuada firmeza y Regina se mostró con un muy buen color.
En términos generales, dentro de los principales problemas observados en la fruta, destacan algo de incidencia de pitting y partiduras, lo cual no fue un problema comercial, ya que no influyó en la venta de la fruta.
Requerimientos del mercado
Al igual que en temporadas anteriores, los consumidores buscan fruta altamente firme, dulce, con pedicelos verdes, sin pudriciones, de color y calibre homogéneos.
Cada vez son más exigentes y requieren un producto de alto estándar en calidad y condición. Actualmente se premia el producto constante, donde una determinada etiqueta debe repetir su calidad y condición durante toda la temporada para que el cliente o consumidor reconozca la marca y quiera repetir la experiencia de compra sin sorpresas.
Uno de los requisitos de calidad relevante para este negocio es el tamaño de la fruta, por lo que cada vez es más importante la curva de calibres a ofertar, ya que los consumidores son cada vez más exigentes en adquirir un fruto grande, lo cual se expresa en el precio que están dispuestos a pagar (Figura 4).
Figura 4. Diferencia de precio que el consumidor está dispuesto a pagar por fruta grande, donde A equivale a fruta 2J y B a fruta J
Otro requisito tan importante como el anterior, es el color. Esta temporada, el comentario de los clientes con respecto a este aspecto fue la necesidad de recibir un producto con color parejo (homogéneo) dentro de la caja (Figura 5), donde la fruta oscura/negra no fue bien evaluada, salvo en la variedad Kordia, debido a que esos colores son asociados a fruta sobre madura. Al presentarse fruta más oscura, los clientes realizan una evaluación más profunda del producto donde incluyen además el sabor.
Figura 5. Homogeneidad de color en la caja terminada
Otro punto para tomar en cuenta es la importancia de la fecha de la fruta desde su embalaje a su llegada a destino; esto significa que ésta es otra exigencia por considerar, lo que implica agilizar y optimizar al máximo nuestros procesos y despachos.
Finalmente, con respecto a los formatos de embalaje, en el mercado chino se observaron las tradicionales cajas de cartón con bolsas MAP (Atmósfera Modificada) de 5 y 2.5 Kg, Máster de 2 y 2.5 Kg, formatos más pequeños de 3*2 Kg. En menor porcentaje se vieron envases FowPack en 2.5 Kg y menores kilajes, como también cajas plásticas de 2.5 Kg (Figura 6).
Es importante mencionar que estos nuevos formatos, tienen una exigencia mayor por parte de los compradores, ya que en la mayoría de estos no es fácil realizar una exhaustiva revisión de la calidad y condición de la fruta, en forma rápida, por lo que la fruta a embalar debe asegurar una buena calidad y aguantar las condiciones de quiebre térmico que se generan entre el arribo y consumo.
Figura 6 Diferentes formatos utilizados en cerezas para el mercado chino
Comentarios finales
Considerando los requerimientos de nuestros clientes y a los aprendizajes adquiridos temporada tras temporada. nuestro proceso de exportación de cerezas es un proceso de mejoramiento continuo desde el huerto hasta la comercialización del último contenedor.
En base a lo anterior es necesario:
- Desarrollar nuevas herramientas o métodos predictivos que nos permitan proyectar de manera más asertiva el potencial productivo de cada temporada integrando las diferentes variables.
- Desarrollar productos e implementar tecnologías que permitan a nivel de huerto homogenizar la madurez de la fruta a modo de concentrar la cosecha en los colores más demandados por el mercado; así como también considerar la práctica de cosecha en floreos, evaluando el impacto económico que esto significaría.
- Aumentar la exigencia en el proceso de selección en las líneas de embalaje para lograr un producto terminado homogéneo en color.
- Trabajar a nivel de huerto, con labores tempranas que permitan ajustar carga y por esta vía lograr desarrollar una curva de calibres adecuada en lo que respecta al requerimiento comercial.
- Implementar sistemas a nivel de plantas de embalaje que permitan llevar un control de los tiempos o cada etapa del proceso optimizándolos y reduciendo el tiempo entre fecha de cosecha y fecha de embarque.