Conociendo al enemigo: Botrytis cinerea – Capítulo I

Por: Héctor García O., Co-Fundador y Gerente Gral. Laboratorios Diagnofruit Ltda, Miembro SOCHIFIT hgarcia@diagnofruit.cl

Según el filósofo y estratega militar chino Sun Tzu “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas”. Si llevamos este concepto a la producción de cerezas, que muchas veces la sentimos como una verdadera guerra, tenemos varios enemigos que debemos conocer y hacer frente para ganar la batalla de la temporada, que termina luego de un largo viaje en varios “acorazados” que transportan nuestras cerezas en una verdadera conquista a China. Entonces, detectar y caracterizar cuáles son nuestros enemigos es de vital importancia para ser exitosos y obtener cerezas de calidad que exigen nuestros compradores. Para CONOCER al ENEMIGO en el presente artículo revisaremos una de las más importantes némesis de las cerezas, Botrytis cinerea, causante del tizón de flor y la pudrición gris en frutos, ambas generadoras de pérdidas productivas directas en pre y postcosecha.

Imagen que contiene alimentos, hombreDescripción generada automáticamente

B. cinerea, es un potente enemigo de muchas especies frutícolas, un verdadero SUPERPATÓGENO, para profundizar en el conocimiento de este patógeno hoy discutiremos una de las principales características adaptativas de este superpatógeno que es su capacidad de generar resistencia a gran parte de los fungicidas que hoy utilizamos para su control. 

Varios mecanismos han sido descritos como fuente de esta capacidad de resistir aplicaciones de agroquímicos, pero probablemente la generación de mutaciones en genes que son los productores de las proteínas blanco de fungicidas es el origen de mayor importancia para el establecimiento de poblaciones resistentes dentro de nuestros huertos. Aplicaciones sucesivas de activos o grupos químicos pueden terminar generando este tipo de desbalances en la población con respecto a individuos sensibles, lo que puede resultar en pérdidas de eficacia.

En la última temporada 2023-24, Diagnofruit presentó un proyecto a algunos de sus clientes y colaboradores más cercanos, con el fin de establecer las características de sensibilidad a fungicidas de poblaciones de diversos patógenos generadores de pudriciones, y en este capítulo I analizaremos la situación de B. cinerea.

Muestras de frutos sintomáticos de postcosecha (por lo tanto, pasaron por aplicación de fungicidas en packing) fueron colectadas de las exportadoras Copefrut, Frusan, Ranco Cherries y Dole, todas empresas líderes en la producción y exportación de cerezas de Chile.

El financiamiento de esta iniciativa corrió por parte de empresas agroquímicas que buscan el cuidado de las moléculas y al mismo tiempo la consolidación de la producción frutícola nacional a través de la sostenibilidad. De esta forma, Anasac, BASF, Bayer y Syngenta unieron esfuerzos a través de Diagnofruit para la realización de esta investigación muy necesaria para la industria cerecera.

Metodología de análisis

Desde muestras sintomáticas de cada colaborador, se aislaron distintos patógenos dependiendo del tipo de pudrición, es así como se conformó un cepario de Alternaria, Geotrichum, Penicillium, Cladosporium y Botrytis, este último patógeno será el foco de este primer capítulo de extensión de resultados.

Una vez obtenidos individuos monospóricos, estos fueron sometidos a pruebas de crecimiento micelial en concentraciones crecientes de los fungicidas más utilizados en Chile para el control de estas enfermedades, concluyendo en la obtención en valores EC50 para cada aislado y activo analizado.

EC50 poblacionales y su relación con pérdidas de sensibilidad

Un total de 35 aislados fueron analizados en tiempo récord para más de 15 activos, muchos de ellos experimentales de las empresas auspiciadoras (información no mostrada).

Mirando los números obtenidos, en virtud, solamente de sus promedios (Tabla 1), podemos concluir de forma bastante consistente que la selección es particularmente baja a moderada independiente del fungicida, quizás con la observación del grupo SDHI (boscalida/fluopiram) que exhiben un proceso más avanzado de pérdida se sensibilidad, que es una situación bien conocida en otros cultivos que analizamos en Diagnofruit como uva de mesa en Chile o rosas en Colombia.

Tabla 1. EC50 promedio población de B. cinerea (n=36) para cada activo evaluado.

 FludioxonilFenhexamidTebuconazoleDifenoconazoleFenbuconazolPirimetanilPiraclostrobinBoscalidFluopiram
Botrytis cinerea0,012,00,31,10,25,811,7731,416,7

Para facilitar el análisis observemos aquellos valores promedio más extremos en función del fungicida (Tabla 1), el más bajo fludioxonil con un valor promedio poblacional EC50 de 0,01 ppm, y en la vereda contraria boscalid donde su valor es 731,4 ppm

En el caso se fludioxonil, las poblaciones responden a lo que conocemos de este activo, individuos con pérdida de sensibilidad son difíciles de detectar debido a que no perduran en los sistemas productivos. 

La realidad para SDHI es más diversa, varios genotipos/fenotipos de resistencia pueden ser detectados fácilmente dentro de las poblaciones sin mayor problema de adaptación a nuestra situación productiva. Se ha descubierto que los mecanismos de resistencia a los SDHI en B. cinerea están asociados con mutaciones en las subunidades SdhB, SdhC y SdhD del complejo Sdh, dicho complejo es el blanco de este grupo químico. En Chile hemos estudiado las mutaciones en SdhB que son las que generan más problemas de resistencia, donde las sustituciones P225F/H/L/T, N230I y H272L/R/V/Y son las más frecuentes de encontrar.

P225F/L y H272R/Y confieren alta resistencia a boscalid, y la mutación N230I confiere resistencia moderada a boscalid y fluopyram. Cambios en SdhC y SdhD se encontraron recientemente asociadas con resistencia a fluxapyroxad y así cada año la lista se alarga en virtud de nuevos descubrimientos. Bueno, pero toda esta información no hace nada más que enredarnos, pero el fondo y lo importante es que en el caso de SDHI la resistencia es cruzada parcialmente, y es lo que vemos si comparamos los EC50 aislado por aislado (Gráf. 1), por lo que siempre debemos alternar su uso dentro de activos del mismo grupo y con otros grupos para evitar generar poblaciones resistentes, considerando además que este tipo de moléculas además poseen un buen control de Alternaria. Además, privilegiar uso de SDHI en mezclas con otros grupos químicos

Gráfico  1. Comparación de EC50 por aislado para fluopiram y boscalid.Se puede inferir que si un individuo (cada punto) es resistente para un activo, no necesariamente lo es para el otro (R² = 0,0221) a pesar de comparar dos SDHI, este patrón se denomina “resistencia cruzada parcial”.

A diferencia de lo que observamos en poblaciones de uva de mesa, donde DMIs se aplican para control de oidio, el comportamiento de los triazoles en cerezo es bastante positivo, las poblaciones muestran valores EC50 promedio bajos, fenbuconazol 0,2 ppm, tebuconazol 0,3 y ligeramente más alto el caso de difenoconazol con 1,1 ppm.

Análisis de la población, ¿qué tanta resistencia existe?

Para concluir con un diagnóstico sobre resistencia de las poblaciones, además de observar EC50s, que en otras palabras es: “que tan resistentes son las cepas”, es muy importante analizar las frecuencias de los individuos resistentes, y en particular aquellos que son altamente resistentes, que al final del día son aquellos que no son controlados por aplicaciones a dosis de etiqueta. Entonces, ya sabemos que tan resistentes son y ahora analizaremos que tanto dominan las poblaciones más resistentes.

El gráfico 2 muestra las frecuencias de los aislados sensibles y de menor pérdida de sensibilidad versus aquellos altamente resistentes.

Claramente la población estudiada, en general, posee un grado de selección bajo; hacia piraclostrobin y boscalid el patrón es un poco distinto y se puede establecer un proceso de selección inicial más avanzado; por este motivo, y sobre todo por la molécula SDHI, que es Botryticida, el uso de este grupo debe siempre restringirse a 2 aplicaciones por temporada cómo máximo, y como comentábamos no repetir el mismo activo.

El resto de los activos analizados se encuentran en estado óptimo, si bien puedes encontrar pequeñas poblaciones resistentes, estas no debieran, por su magnitud, no debieran generar problemas de control.

Gráfico  2. Frecuencias de individuos altamente resistentes (Factor de resistencia >100) y sensibles por cada fungicida evaluado.

En conclusión, para el caso de Botrytis, caracterizamos una población de cerezas poco seleccionada, de EC50s bajos, factores de resistencia en la misma medida y frecuencias de resistencia alta que no son dominantes, por lo tanto, y a diferencia de lo que ocurre en poblaciones de uva de mesa donde es frecuente encontrar problemas serios de pérdida de sensibilidad, la población de cerezas aun se caracteriza por su sensibilidad de forma transversal; sin embargo, la vigilancia y el monitoreo de esta característica es fundamental para no perder eficacia y tengamos la oportunidad de utilizar una paleta de fungicidas amplia por un largo plazo ( o hasta que la normativa lo permita).

Hasta el momento, tenemos buenos parámetros, esta pequeña población marca una tendencia de poca selección, monitoreos en temporadas anteriores nos han permitido generar programas con una mirada de eficacia y anti-resistencia que ha resultado; sin embargo, no podemos dormirnos en los laureles y al menos un plan de monitoreo de resistencia estandarizado a nivel nacional debe ser realizado temporada tras temporada y así continuar con nuestro éxito en la producción de cerezas e impulsar la sostenibilidad de largo plazo: DATOS+ANÁLISIS = INFORMACIÓN PARA TOMAR DECISIONES.

En el próximo capítulo analizaremos que ocurre con Alternaria, probablemente el principal patógeno de cerezas en Chile ¡Atentos!