Como señalábamos hace algunas semanas, según el filósofo y estratega militar chino Sun Tzu “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas”. Hoy continuamos en esta carrera por conocer al enemigo antes que él nos conozca mejor, se adapte y nos gane la batalla.
A excepción de la temporada recién pasada, Alternaria es y ha sido el patógeno más importante en términos de pudriciones en la cereza chilena, hongo que también hace de las suyas en España, Argentina y China. Cuando su ataque es temprano, causa una pudrición negra seca, muchas veces asociadas a partiduras por crecimiento y/o frutos mal sellados. Puede causar pudriciones blandas, con desarrollo micelial profuso, generalmente en postcosecha y shelflife.
La pudrición negra causada por Alternaria, a diferencia de la pudrición gris causada por Botrytis cinerea (hasta donde sabemos), posee una estrategia distinta, tiene diversas divisiones de infantería cuando va a la guerra, varias especies que al mismo tiempo poseen distintas capacidades, entre esas resistir nuestros ataques con fungicidas. De esta forma, distintas Alternarias están presentes en simpatría en la misma pudrición, lo que mejora sus probabilidades de ganar cada batalla debido a una mejor capacidad de adaptación, algunas especies se comportan como comandos y otras como soldados rasos. Las especies que hemos podido caracterizar son: Alternaria alternata, A. arborescens, A. tenuissima, entre otras.
Sin embargo, no todo es distinto con respecto a Botrytis, Alternaria también puede mutar y generar resistencia a gran parte de los fungicidas que utilizamos para su control y este aspecto es el que estudiamos en la última temporada 2023-24.
Muestras de frutos sintomáticos de postcosecha (por lo tanto, pasaron por aplicación de fungicidas en packing) fueron colectadas de cuatro exportadoras de cerezas líderes en la industria nacional: Copefrut, Frusan, Ranco Cherries y Dole.
El financiamiento de esta iniciativa corrió por parte de empresas agroquímicas que buscan el cuidado de las moléculas y al mismo tiempo la consolidación de la producción frutícola nacional a través de la sostenibilidad. De esta forma, Anasac, BASF, Bayer y Syngenta unieron esfuerzos a través de Diagnofruit para la realización de esta investigación extremadamente necesaria para la generación de una industria cerecera sostenible.
Metodología de análisis
Como se mencionó, desde muestras sintomáticas de cada colaborador, se aislaron distintos patógenos dependiendo del tipo de pudrición, es así como se conformó un cepario de Botrytis, Geotrichum, Penicillium, Cladosporium y Alternaria, este último patógeno será el foco de este segundo capítulo de extensión de resultados.
Una vez obtenidos individuos monospóricos, estos fueron sometidos a pruebas de crecimiento micelial en concentraciones crecientes de los fungicidas más utilizados en Chile para el control de estas enfermedades, concluyendo en la obtención en valores EC50 para cada aislado y activo analizado.
EC50 poblacionales de Alternaria y su relación con pérdidas de sensibilidad
Un total de 35 aislados fueron analizados en tiempo récord para más de 15 activos, muchos de ellos experimentales de las empresas auspiciadoras (información no mostrada).
Mirando los números obtenidos, en virtud, solamente de sus promedios (Tabla 1), podemos concluir que la población de Alternaria de cerezas estudiada es muy sensible a fludioxonil (0,1 ppm), difenoconazole (0,3 ppm) y pirimetanil (0,4 ppm) (este último sin etiqueta en campo, pero con posibilidad de uso en postcosecha).
Figura 1. Gráfico de dispersión de valores EC50 por cada uno de los azoles para la población de Alternaria spp. estudiada.
Otros azoles como fenbuconazole (7,2 ppm) y tebuconazole (2,9 ppm) presentan individuos resistentes dentro de la población, lo que podría significar inicios de proceso de selección (Fig. 1). Se debe tener especial cuidado con este grupo químico debido a que presentan relación de resistencia cruzada positiva (Figura 2); en otras palabras, aquellos individuos que son resistentes para tebuconazole también lo son si miramos los resultados de fenbuconazole y difenoconazole, considerando que para este último ingrediente activo los EC50s de aquellos menos sensibles siguen siendo bajos, pero por sobre la moda de la población.
Figura 2. Matriz de dispersión de relaciones entre los EC50s de los individuos analizados considerando cada fungicida azole estudiado. Todos los cruces muestran relaciones positivas.
Fenhexamid con 10,3 ppm de EC50 promedio, nos muestra que no es una molécula alternaricida como si es un excepcional botryticida (ver artículo anterior). Piraclostrobin, fungicida del grupo de las estrobilurinas, posee un promedio poblacional de 28,9 ppm, alto, considerando que individuos sensibles presentan valores entre 0,1-0,8 ppm; al mismo tiempo, el 70% de los individuos muestran valores de EC50 mayores a 5 ppm, lo que evidenciaría una población seleccionada para el activo.
Para cerrar este capítulo, analicemos qué ocurre con otro grupo químico de reconocido poder alternaricida, el denominado SDHI (por sus siglas en inglés, inhibidores del succinato deshidrogenasa), donde se encuentran las carboxamidas. Boscalid, uno de sus representantes clásicos, presenta un valor poblacional extremadamente alto, esto se genera por la existencia de 6 aislados (17%) de EC50 superior a 1.400 ppm; a pesar de esto, cerca del 30% de los individuos son sensibles, con EC50 entre 0,2 y 2 ppm. Todo lo anterior caracteriza una población heterogénea y en vías de una alta selección para el activo boscalid, por lo que su uso debe ser limitado en la temporada como recomendación general. En la otra vereda, a pesar de que fluopiram pertenece al mismo grupo químico, existiría lo que llamamos resistencia cruzada incompleta, esto quiere decir que ciertas mutaciones, que por ejemplo generarían resistencia alta a boscalid, no otorgan la misma característica hacia fluopiram. Si generamos una regresión lineal entre ambos valores EC50s boscalid vs fluopiram el resultado es un r=-0,08 lo que establecería una relación negativa, sin embargo, se acompaña de un p-valor= 0,63, restándole peso real a dicha relación, lo que sugiere la señalada resistencia cruzada incompleta.
Figura 3. Histograma de frecuencias de EC50 hacia fluopiram de la población de Alternaria spp. Estudiada.
Si observamos los resultados para fluopiram (figura 3), y nos olvidamos de boscalid por un momento, el 93% de la población exhibe EC50 menor a 3 ppm para el activo, en otras palabras hay una frecuencia de aislados sensibles dominantes, pero al mismo tiempo detectamos un 3% de la población que se mueve entre 12 y 15 ppm, lo que indica procesos de selección incipientes. En Chile fluopiram se comercializa en mezcla con tebuconazole lo que retrasa la aparición de poblaciones menos sensible al activo y mantiene eficacia a pesar de pérdida de sensibilidad al grupo SDHI, a no ser que aparecieran resistencias múltiples y que deben ser estudiadas.
Todos los activos pertenecientes al grupo SDHI deben ser siempre monitoreados, gran parte de los últimos fungicidas que han ingresado al mercado pertenecen a este grupo, por lo que debemos cuidarlos, y Alternaria tiene la facultad de volverse resistente. Aun nos falta ahondar en las profundidades del genoma de esta especie para entender a cabalidad lo que sucede, pero a nivel fenotípico ocurriría el mismo fenómeno que también está descrito en Botrytis, incluyendo la resistencia cruzada incompleta que en este análisis ha quedado en evidencia.
A la fecha ya hemos aprendido que fungicidas se comportan mejor para el control de Alternaria y Botrytis, además de aquellos donde debemos poner el acento en medidas anti-resistencia; en una próxima entrega analizaremos que pasa con Geotrichum, Cladosporium y Penicillium, tres patógenos que reaccionan muy distinto a los fungicidas testeados, por lo que daremos ciertos tips basados en evidencia para asegurar un control general.