La dormancia en los cerezos es un período de inactividad fisiológica que ocurre durante los meses de invierno, cuando las condiciones climáticas son desfavorables para el crecimiento activo de la planta. Durante este período, la planta reduce su actividad metabólica y el crecimiento de nuevos brotes se detiene temporalmente. La dormancia es crucial para la supervivencia de los árboles frutales de clima templado, ya que les permite resistir las bajas temperaturas y otros factores estresantes del invierno.
En este contexto, abril se presenta como el mes de mayor relevancia en la transición entre la postcosecha a la dormancia, aunque la primera señal para que la planta se prepare para ir a dormir ya se produjo a inicio de verano con el acortamiento del fotoperiodo, lo que genera que los materiales anuales que crecen desde fines de diciembre y que se desarrollan cerca de 70 días, presenten secciones basales lignificadas. Lo anterior incide en el inicio de la inducción de flores, además la planta entra en un proceso de acumulación de reservas, cambio de flujo de savia y comienza su preparación para la dormancia.
¿Cuándo y cómo comienza la dormancia? El inicio de este periodo de letargo normalmente coincide con los primeros días de mayo; el mayor indicador para una correcta entrada en dormancia es que las plantas presenten, al 1 de mayo, el 50 por ciento de su hoja caída (hoja amarilla=hoja caída). En dicha fecha se da inicio al conteo de horas frío (HF), labor que se realiza durante tres meses, finalizando el 31 de julio; se debe considerar, que en años agroclimáticamente normales, junio el mes más relevante en cuanto a acumulación de HF.
Para una correcta entrada en dormancia también es necesario considerar lo realizado en postcosecha, entendiendo ésta no como al momento después de haber finalizado la cosecha, sino más bien a un concepto de postcosecha de los árboles, de un cambio fisiológico de la plantas. Todo lo que se haga en postcosecha repercutirá en la siguiente temporada, incluida la dormancia. Las señales que se le den a las plantas previo al letargo son claves para que éstas entiendan que van a «dormir» y, de paso, cumplir un ciclo muy relevante para la especie.
Es fundamental haber completado los programas de recuperación a nivel nutricional, suelo y raíces. Se deben finalizar las correcciones foliares, considerando la información arrojada por los análisis realizados al inicio de la postcosecha. A su vez, en el mes de marzo es esencial suspender los programas nutricionales, pues de esta forma se le entrega a la planta una señal clara de que pronto entrará en dormancia.
Otra señal que se le debe entregar a los huertos, es el cese de la temporada de riego, que debe finalizar al 31 de marzo; considerar que en suelos con menor retención de agua (suelos arenosos y además con presencia de piedras), la temporada de riego se extiende hasta el 10 de abril.
Se debe tener presente prestar más atención a la distribución del agua, más allá de la cantidad a reponer de ésta, en cuanto a la demanda evapotranspirativa. Dos de los más importantes flush de crecimiento de raíces que tienen las plantas de cerezos, se producen durante la postcosecha; se puede reconocer el más importante de ellos, con la renovación de al menos el 70 por ciento del volumen de raíces.
Es relevante entender que la demanda de agua no se expresa en temperatura ambiental, sino en evapotranspiración, por tanto se debe tener presente que las altas temperaturas de marzo o abril no son comparables a las del verano, debido a que éstas sólo se presentan durante breves periodos de tiempo y, además, las temperaturas mínimas son mucho más bajas que en el periodo estival.
Otro punto que se debe considerar, previo a la entrada en dormancia, es el uso de calicatas, sensores de humedad o tensiómetros, con el fin de contar con la mayor cantidad de información posible, para tomar decisiones en cuanto al riego y al cese de éste.
Fin de la temporada de riego
Como se señaló anteriormente, la temporada de riego debe extenderse máximo hasta la última semana de marzo o primera semana de abril, en huertos con menos retención de agua; esta señal promueve en la planta el inicio al proceso de lignificación de madera y de centros frutales para que ésta pueda soportar de mejor forma las bajas temperaturas invernales.
¿Se debe volver a regar en otoño o invierno ante una temporada muy seca? La respuesta es sí, siempre orientado por la recomendación de los especialistas, pero nunca antes de reconocer en las plantas la dormancia fisiológica, es decir al menos el 50 por ciento de hoja amarilla, que equivale a hoja caída.
Horas Frío
En esta especie frutal, la dormancia es muy relevante para la producción de flores y frutos; durante el periodo de dormancia, comprendido entre el 1 de mayo y el 31 de julio, las plantas acumulan horas frío necesarias para romper dicho estado de letargo; una vez que la planta alcanza el número requerido de HF, el cerezo comienza a salir de su estado de dormancia y entra en la fase de brotación y floración en primavera. Cada variedad tiene un requerimiento de HF específico.
Predeormancia
Actualmente las plantas de cerezos se encuentran en plena predormancia, periodo comprendido entre el 15 de marzo y el 30 de abril; ¿qué deberían mostrar los huertos en este momento? un porcentaje importante de hoja amarilla, que idealmente alcance el 50 por ciento al 1 de mayo; centros frutales con dardos y bases de ramillas muy bien cerrados y lignificados, con sus brácteas muy bien formadas (Imagen 1);
¿Que no debería ver en el huerto actualmente? No se deberían apreciar dardos abiertos o yemas verdes de un buen porcentaje de punta verde o casi a punto de abrir; dicho escenario presenta una problemática desde el punto de vista del potencial de producción que podría ser afectado por heladas tempranas; por otra parte, lo anterior también puede revestir un riesgo sanitario de cáncer bacterial, hongos de madera, tales como Cytospora. (Imagen 2).
Es importante que los agricultores y productores de cerezos monitoreen cuidadosamente la acumulación de horas frío durante el invierno para estimar cuándo los árboles comenzarán a brotar en primavera. Esto puede ayudar en la planificación de la cosecha y en la aplicación de prácticas de manejo adecuadas para maximizar la producción de frutas.